
La lipoescultura o lipofilling es una de las técnicas de cirugía plástica más demandadas en la actualidad, junto a la liposucción, la rinoplastia o el aumento de pecho. Se conoce desde hace ya un tiempo porque sus orígenes se remontan al año 1994, cuando el cirujano Sydney Coleman ideó un nuevo procedimiento para remodelar los contornos corporales. Su aportación supuso una revolución porque consiguió mejorar los resultados.
¿Qué es la técnica de Coleman?
Con este método la grasa aspirada puede ser utilizada en el mismo paciente para dar volumen en aquellas partes que presenten falta de tejido. Se emplea para rellenar las depresiones, los surcos nasogenianos (laterales a la boca), las arrugas profundas, las manos seniles…
Realmente no es que el doctor Coleman inventara este método, pero lo que sí logró es mejorar los resultados a largo plazo.
Las intervenciones que se hacían hasta el momento no permitían unos resultados permanentes y no se sabía cuál podría ser su evolución. Generalmente la grasa acababa siendo reabsorbida por el organismo. Así pues la contribución de Coleman fue desarrollar un sistema para la extracción de la grasa que al final resultó más efectivo.
Procedimiento quirúrgico
La clave de la técnica de la microlipoaspiración de Coleman es que se realiza con pequeñas cánulas del tamaño de una aguja y se hace el vacío con una jeringuilla. Debido al grado de reabsorción (normalmente oscila entre un 30% y un 60% del volumen injertado), lo normal es que sean necesarias varias sesiones hasta alcanzar el volumen deseado. Aunque esto depende de cada paciente y de qué zonas desee remodelar.
El tejido graso se obtiene de una forma muy cuidadosa, siempre a presión negativa para al aspirar no dañar las células. Después la grasa obtenida se centrifuga y se somete a un proceso para conseguir una grasa pura, separada del resto de sustancias. A continuación la infiltración de esta se tiene que realizar de forma intramuscular y subcutánea, con incisiones mínimas y cercanas a la zona a tratar.
Una vez finalizado el implante hay que inmovilizar el injerto entre siete y diez días, y taparlo con un vendaje o fajas especiales.
Resultados
Desde la experiencia del Dr. E. Lalinde, podemos asegurar que los resultados obtenidos con este procedimiento son en general muy satisfactorios.
Como se puede aplicar con fines estéticos y reparadores, los pacientes se encuentran en general muy a gusto con ellos.
La técnica de Coleman es muy versátil así como la durabilidad del volumen obtenido al menos a largo plazo. No obstante, es una buena opción si no estamos planteando remodelar el cuerpo o modificar ciertas partes del mismo para darles otra apariencia.
Lo bueno de esta técnica es que se obtienen unos resultados muy naturales, que además se aprecian enseguida. En un par de meses ya se puede apreciar un contorno más definido en la zona tratada. A partir del año ya se habrá completado el proceso y se apreciarán las nuevas formas en toda su magnitud.