Las mamas hipoplásicas se caracterizan por ser de un tamaño muy pequeño. Es cierto que el volumen de las mamas varía de unas mujeres a otras, y que podemos encontrarnos con que tanto mamas muy pequeñas como muy grandes, que son normales y que están en sintonía con el cuerpo de la mujer. Sin embargo, el estereotipo de imagen corporal de hoy en día hace que las mamas muy pequeñas provoquen en algunas féminas una sensación de “inferioridad física” con respecto a las mujeres con pecho, y las puede afectar psicológicamente.
¿Qué es la hipoplasia mamaria?
La hipoplasia mamaria se produce cuando se da un desarrollo insuficiente de las mamas. Esta anomalía suele presentarse durante la pubertad cuando se está en fase de crecimiento, pero también surge por otras circunstancias como defectos congénitos, cambios bruscos de peso o después de dar a luz.
Tipos
A la hora de hacer una subdivisión nos encontramos con dos tipos de mamas hipoplásicas:
- Primaria: acontece después de completar el desarrollo puberal, de modo que la mujer joven acaba mostrando un seno apenas perceptible.
- Secundaria: el tamaño del pecho sufre variaciones a lo largo de la vida de las féminas. Estas circunstancias suelen ser frecuentes tras la pérdida o ganancia de peso de forma rápida, después de los embarazos o del periodo de lactancia.
¿Qué soluciones existen?
La solución en estos casos desde un punto de vista estético es recurrir a una cirugía de mamas que suponga un aumento de pecho mediante la técnica de la mamoplastia. Lo ideal para realizar una mamoplastia en estos casos es que exista un mínimo desarrollo de la glándula, pues esto contribuye a un mejor resultado estético. Se pueden colocar implantes mamarios, pero siempre teniendo en cuenta que el aumento no sea excesivo para que el aspecto corporal sea lo más natural posible.
Cuándo se puede realizar una mamoplastia
Muchas chicas con el pecho poco desarrollado se preguntan si con la maduración del cuerpo la mama completará su crecimiento, y en el caso de que no ocurriera así, cuándo se debe dar por terminado este proceso para poder ponerse implantes.
En general, la mama cambia a lo largo de toda la vida de la mujer, y está sujeta a modificaciones hormonales a lo largo de ese periodo que transforman, aumentando o disminuyendo, el volumen. Esto, y el aumento y disminución de peso pueden hacer variar la talla.
Alrededor, por tanto, de los 16 años ya se puede pensar en la mamoplastia. De todas formas, dado que en ese momento la mujer es menor de edad, conviene contar con el visto bueno de sus padres desde el punto de vista legal, y de su ginecólogo, ya que este es el profesional que debe dar por concluido el desarrollo de mamas.