¿Cómo planificar esta cirugía?
La reducción mamaria implica que el cirujano estético realice un estudio exhaustivo de la forma de tu pecho, el tamaño al que quieres reducirlo y otros aspectos generales como el estado de tu piel y la edad.
Nuestros expertos hablarán detenidamente contigo para fijar las expectativas, de modo que éstas sean reales y te permitan obtener unos resultados satisfactorios.
Además, te explicaremos las distintas opciones de intervención que hay y cómo será todo el proceso desde los días antes de la intervención hasta el postoperatorio.
Es importante saber que este procedimiento por lo general impide la lactancia ya que implica la eliminación de algunos de los conductos que trasladan la leche al pezón. No obstante, desde el Instituto Dr. E. Lalinde te mantendremos informada de todos los detalles.
Preparación
En el caso de una reducción mamaria, y dependiendo de la edad, es probable que te pidamos una mamografía. De igual modo, deberás someterte a toda una serie de pruebas necesarias antes de realizarse una cirugía estética. También te indicaremos qué medidas debes adoptar para ir en las condiciones adecuadas a la operación.
Siempre recomendamos acudir con un adulto que esté presente el día de la intervención y durante el postoperatorio.
Tipos de anestesia
La anestesia que se emplea en una mamoplastia de reducción es general. Después, deberás permanecer ingresada entre dos o tres días, aunque esto depende de cada caso.
La intervención
Existen distintas técnicas para realizar una reducción mamaria, que suele durar entre dos y cuatro horas. Por lo general, se realiza una incisión alrededor de la areola que se extiende verticalmente hacia abajo y que después continúa de forma horizontal siguiendo el pliegue submamario.
En este proceso se extirpa el exceso de grasa, tejido glandular y piel. A continuación, la areola y el pezón deben reposicionarse en sintonía con el nuevo tamaño y forma del seno.
A veces es necesario recurrir a una liposucción para quitar el exceso de grasa de algunas zonas.
Dependiendo del tamaño del pecho, es posible mantener el pezón junto a sus vasos sanguíneos o nervios. Sin embargo, si las mamas son muy grandes es probable que la areola y el pezón deban colocarse en una nueva posición, lo que puede dar lugar a cierta pérdida de sensibilidad en esta parte.