Eficacia del tratamiento
La eficacia del tratamiento es proporcional al grado de tinción de los dientes, oscurecidos a lo largo de los años por sustancias colorantes. El tratamiento resulta menos eficaz, e incluso inútil, en dientes oscurecidos por alteraciones intrínsecas, como ingesta de tetraciclinas durante la infancia, hipoplasias congénitas de esmalte, etc.
El odontólogo debe determinar qué paciente es apto para someterse a un blanqueamiento dental.
Mantenimiento a largo plazo
La duración del efecto blanqueador, dependerá en gran medida del tipo de alimentación que siga el paciente tras el tratamiento. Así, en una persona fumadora, que bebe vino y toma café regularmente, el efecto del blanqueamiento se perderá con más rapidez.
De acuerdo con la Asociación Dental Americana (ADA), al cabo de 5 años, sólo un 20 por ciento de los casos estudiados habían perdido ligeramente la tonalidad conseguida.
Es importante, tras los primeros días tras el tratamiento, seguir una “dieta blanca”, que consiste en tomar alimentos sin colorantes, como leche, yogures naturales, arroz, pasta, pescado…, y eliminar radicalmente todos los que “tiñen” (café, bebidas de cola, remolacha, chocolate, tomate, zanahoria…).
Una vez al año conviene hacer un tratamiento de recuerdo para mantener el resultado, es decir, volver a aplicar el gel en el molde durante dos o tres días.